Amar con Hambre

 

¿Has ido al supermercado con mucha hambre?, Caminas por los pasillos y lo único que llama tu atención son esas cosas que sabes que no te hacen bien y te engordan o quieres echar al carrito mil cosas que en tu sano juicio nunca llevarías. Compras todo con ansiedad y desesperación porque no estás en todos tus cabales para frenarte y elegir con claridad que vas a llevar a casa.

Cuando amamos con hambre nos pasa justo eso, hacemos cero casting y echamos en el “carrito” cualquier cosa que va pasando y nos guiña un ojito. Cuando por momentos (si bien te va) el hambre se pasa o la decepción te llega, lo que te preguntas es ¿en qué momento elegí que esa persona era lo que yo necesitaba?, ¿a qué hora me lo pregunté?, ¿acaso me lo pregunté? Y seguro contestarás que ni siquiera pensaste que podías elegir.

Acostumbrada a elegir con hambre no tienes la posibilidad de pensar y tomar consciencia, todo responde a un instinto, a una necesidad y no importa que el hombre sea justo alguien que no sabe querer o solo quiere divertirse, tú no lo ves ¡porque claro! desde el hambre uno no tiene ganas de ver. No nos damos cuenta que ese heladito que te estás llevando a la boca es de 1000 calorías, que va, lo que quieres es comértelo y saciar tus ganas.  Hacer las cosas con hambre en todos los ámbitos de la vida es un mal negocio, pero en el amor es una vía constante de decepción y de que te rompas el corazón con cada relación que intentas.

Hambre es ansiedad, impulso, vacío, necesidad, desesperación, soledad. Es falta y ausencia de algo. Buscar construir una relación de pareja desde estas posiciones sin duda terminará destruyendo toda posibilidad de lo sano, ya que tu agenda y tu expectativa es enorme y eso ningún hombre lo va a llenar.

 

¿Tú tienes Hambre de Hombre?

Obsérvate.

Sueles tener relaciones con hombres a los que das, resuelves, apoyas, aconsejas, escuchas y buscas rescatar

Eres independiente económicamente y exitosa en el trabajo, pero en las relaciones de pareja te descompones. Haces cosas fuera de control, berrinches y expresiones de inmadurez que te hacen sentir que no eres tú.

Con los hombres eres competitiva, descalificadora, controladora y no sabes ser vulnerable con ellos, sientes que te van a lastimar.

Te cuesta poner límites, terminar con las relaciones de pareja y no sabes estar sola.

Sueles ser celosa y controladora con tu pareja y hacer cosas que te comprueben que él es fiel, como ver su teléfono, revisar su ropa, controlar a dónde y con quien va, revisar su facebook, hackear su mail, etc.

Suelen aburrirte los hombres confiables, estables, responsables y verdaderamente interesados en ti. Te sueles enamorar de los inestables, ausentes, infieles y egocéntricos.

Cuando tienes pareja él es tu mundo, dejas de ver a tus amigas, haces todo con él, no tienes espacios para ti, tu fuente de afecto está en él y tu identidad está en el mundo con él y quisieras estar todo el tiempo a su lado.

Tienes muchos años sola y te cuesta establecer una relación de pareja porque sientes que vas a volver a sufrir y tu última relación fue dolorosa donde viviste traición o abandono.

Si tienes hambre de hombre no te espantes, hay formas de cambiar y hacerlo mejor cada vez. Lo primero que debes saber es que el hambre nace de una falta de relación contigo misma, nace de aprender a vivir negando tus necesidades o pensando que solo a través de una pareja podías dejar de sentir soledad.

La relación más importante a construir es contigo y con esa niña que hay en tu interior y que seguramente sigue esperando que la quieran, la protejan y te des cuenta que está cansada de luchar y anhela un respiro donde dejes de hacer cosas que le confirman que no merece el amor, que no es valiosa ni suficiente.

3 pasos para empezar a saciar tus hambres.

1.- Establece relaciones afectuosas con amigos y familiares, construye relaciones más honestas e íntimas con personas que compartas momentos de diversión y en las que confíes.

2.- Aprende a dialogar contigo misma, a conocerte y observar cómo actúan tus partes más infantiles y necesitadas, si te das cuenta sabrás cuando el hambre está eligiendo por ti y tendrás más posibilidad de detenerte antes de actuar por impulso.

3.-Ten hobbys y actividades que llenen tu vida, toma clases de baile, asiste a un curso, ten actividades en la naturaleza y no dejes tus actividades por tu pareja.  Cada quien necesitamos espacios propios y puedes crear círculos en los que compartas momentos de aprendizaje y diversión.

 

Cuando vives una relación de pareja con tus hambres llenas, con una vida propia, con gente que quieres y que te apoya, cuando tú “cajita interna” está llena por los afectos que construyes y el respeto y amor por ti misma, entonces frente a ese hombre no estás tan necesitada, ni con tanta defensa, ni con tantas facturas de amor que no has pagado por años.

Vale la pena establecer hoy la relación que jamás se irá, la única que llenará tus hambres, la que espera por ti y es la relación contigo misma.

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