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Sana tus heridas en pareja

¿Por qué atraigo siempre al mismo tipo de pareja?

¿Cómo doy y recibo amor?

¿Construyo un amor compañero y positivo, o amo desde el hambre y la carencia?

¿Por qué el amor puede desaparecer de un minuto a otro?

Muchos de nosotros crecimos observando y entendiendo el amor desde lugares muy equivocados. Tuvimos como referencia a nuestros padres, nuestros abuelos y personas importantes de nuestra vida que nos dijeron qué podíamos esperar del amor y cómo amar y ser amados, pero nadie nos dio un ejemplo sano de cómo construir un amor compañero, un amor sanador.

En este indispensable libro para las parejas actuales, Anamar nos confirma que para construir una pareja sana se requiere trabajo personal, buena voluntad y deseos de una comunicación sincera. Y aunque muchas de las situaciones que rodean la relación de pareja no son muy claras -nuestros modelos familiares, nuestras heridas, nuestras necesidades, nuestras creencias-, todo juega un papel importante a la hora de consolidar una unión afectiva.

Sana tus heridas en pareja te brinda las herramientas para detener la dinámica tóxica que vives en tu relación de pareja y que sólo hace más dolorosas las heridas de rechazo, abandono, humillación, traición e injusticia, y te ayuda a observar la forma en que te enganchas con personas por esas heridas. A través de diferentes técnicas, ejercicios de autoreflexión y ejemplos de la vida real, aprenderás a soltar lo que te perjudica, a identificar los temas recurrentes en tu convivencia con él o ella, y a sanar tus heridas para entablar relaciones de amor maduras y estables.

Primer capítulo

Sana tus heridas en pareja

Actos son amor El amor, aunque es energía, se manifiesta mediante actos concretos.

Actos son amor y no sólo palabras bonitas. Nosotros expresamos y sentimos el amor de las personas con las que compartimos la vida por medio de actos que nos acarician, nos llenan el alma y, al mismo tiempo, también llenamos el alma de las personas que nos rodean.

Los cinco rostros del amor son:

  • Aceptación
  • Reconocimiento
  • Afecto
  • Respeto
  • Interés de encuentro

Aceptación

Aceptar a una persona es tener la disposición de conocer al otro y respetarlo con su luz y su sombra. Es una elección: amamos a alguien por lo que es y así lo aceptamos. Mi amor no está condicionado a que llenes mis expectativas, a que seas bueno. Te quiero porque veo tu valor y sé que tienes aspectos que no me gustan, pero no tengo por qué cambiar. Tú eres un todo y yo te acepto y te respeto.

Aceptación no significa que apruebes todo lo malo de una persona. Un acto de amor se expresa cuando no permites cosas que te lastiman o que no te hacen bien de la persona que amas. No es capricho personal ni la imagen de la persona ideal en mi cabeza. No puedes aceptar el comportamiento destructivo, aunque ames a alguien. Por ejemplo, tu esposa es una buena mujer, te quiere y está comprometida contigo. Y tú eres feliz con ella. Cuando ella está enojada, te pendejea y te levanta la voz de una manera que te lastima. Tú la amas, pero te lastima y ese puede ser el motivo por el cual dejes la relación o elijas aceptar esa parte de ella, poniéndole límites claros cada vez que empieza con su tono pendejeante. Establecer límites es muy importante, ella debe saber que te duele, te enoja y no se lo vas a permitir. Aceptar al otro es entender que su comportamiento es parte de su historia y que puedes elegir si vives con esa parte de él o ella. Debes tomar decisiones desde la aceptación de la limitación del otro sin decirle todo el tiempo sus defectos.