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Hambre de hombre

Sana tus heridas de la infancia con ejercicios, consejos y testimonios que te llevaran a amarte intensamente. Ámate a ti misma para amar a los demás. Cuando construyes una relación de pareja desde el hambre de afecto, terminas destruyéndola.

Hambre de hombre contiene ejercicios, consejos y testimonios, dirigidos a mujeres que buscan sanar sus necesidades y carencias de la infancia, -de amor, de respeto, de protección, de afecto, entre otras-, para poder establecer una relación de pareja basada en el amor, la aceptación, el desarrollo y el crecimiento mutuo.

Este libro te guiará a través de temas específicos para sanar tu amor y poder personal, y así dejar de actuar como la incapaz, la víctima, la perfecta, la resuelve todo, la complaciente, etc. Al cambiar creencias como "no soy valiosa", "no soy suficiente", "no soy merecedora", "no soy capaz" y "no pertenezco", podrás trabajar para construir una relación contigo, el primer paso al verdadero amor.

Primer capítulo

Prejuicios culturales que fomentan el hambre de hombre

No es casualidad que tus amigas, hermanas, primas y muchas mujeres a tu alrededor tengan relaciones de pareja conflictivas, en las que hay traición, insatisfacción, conflicto, enojo. Evidentemente, no es casual. Hay varios factores que nos educan en la cultura del hambre de hombre y provocan esto.

Recibimos cientos de mensajes diarios que alimentan nuestra hambre de hombre. Entre ellos está un factor fundamental: la familia, con la ausencia de un padre, de su afecto y cuidado. Por otro lado, la religión. Estamos muy influidos por la religión católica —al menos en México es la religión con más adeptos—, la cual ha construido muchos prejuicios contra la mujer. Hay muchas creencias que nos califican de pecadoras, tentadoras e inferiores; además de que la religión predica que debemos ser sumisas y abnegadas. Otro factor cultural es ser bombardeadas con lo que “debemos hacer” para que nos quieran, nos miren, nos amen, y sentirnos bien. Esos mensajes fomentan una imagen superficial, vacía y denigrada de nosotras mismas. Todo lo que recibimos culturalmente nos hace creer que necesitamos muchas cosas para estar completas. En seguida veremos con más detalle todos estos factores.