La infancia es una etapa donde formamos muchas de las creencias que nos acompañarán a lo largo de la vida. La dependencia que tenemos con nuestros cuidadores es muy grande y si estos son incapaces de darnos contención, amor y estabilidad en todos los sentidos esto rompe con la capacidad de crecer emocionalmente apto para la adultez.

La herida de abandono es un dolor de ausencia, de vacío, de falta de contención en todos los sentidos que vivimos en la infancia. Esa herida se activa cada que siento que personas que me importan podrían dejarme otra vez en esa soledad y vacío. Esto te lleva a depender, permitir y necesitar en un nivel tóxico. Todos deberíamos de trabajar nuestra herida de abandono, ya que este es un camino muy poderoso para dejar de vivir la vida como niños.